miércoles, 13 de agosto de 2014

Muere Lauren Bacall, sensual estrella de Hollywood

  • Lauren Bacall fue una estrella de cine casi desde el primer momento que apareció en pantalla.
Modelo y actriz en Nueva York antes de mudarse a Hollywood a los 19 años, Bacall alcanzó la fama de inmediato en 1944 con una escena en su primera película, "Tener o no tener". Al salir de la habitación de hotel del personaje interpretado por Bogart, murmuró:

"No tienes que decir ni hacer nada. Nada en absoluto. Oh, quizá sólo silbar. ¿Sabes silbar, no es así, Steve? Sólo juntas los labios y soplas".

Con ese aire confiado y sensual, no sólo nació una estrella, sino el comienzo de una leyenda, un título que fue puliendo a través de los años con más papeles protagónicos, su característico ingenio neoyorquino y su matrimonio con Bogart, con quien formó una de las parejas de Hollywood más famosas de todos los tiempos.

Bacall falleció el martes a los 89 años en Nueva York, según el socio administrador del legado de Humphrey Bogart, Robbert J.F. de Klerk. El hijo de Bacall, Stephen Bogart, le confirmó a Klerk el deceso de su madre. La actriz fue declarada muerta en el Centro Médico Presbiteriano/Weill Cornell a las 5:21 p.m. del martes, de acuerdo con Kathleen Robinson, directora de relaciones públicas del hospital.

La actriz nominada al Oscar recibió dos premios Tony, un Oscar honorario y montones de papeles en el cine y la televisión. Sin embargo, para su frustración ocasional, se le recordó mucho por su relación con Bogart y la industria la trató más como a una estrella que como una gran actriz. Bacall vivió 50 años más que su esposo, pero nunca superó su estatus de ícono.

Eran "Bogie y Bacall", la pareja de carácter fuerte que podía pelear y hacer las paces como los mejores. A diferencia de Spencer Tracy y Katharine Hepburn, Bogart y Bacall no eran sólo una historia de polos opuestos que se atraen sino de almas gemelas y ardientes. Bacall tenía menos de la mitad de la edad de Bogart, pero era tan lista e insensible como él. Juntos estelarizaron filmes como "Key Largo" ("Huracán de pasiones") y "Dark Passage" ("La senda tenebrosa"), ofrecieron fiestas que duraban toda la noche, salieron de juerga con Frank Sinatra y otros y formaron una pandilla de parranderos de California conocida como el Rat Pack de Holmby Hills, que Sinatra reavivaría tras la muerte de Bogart.

Bacall actuó en películas durante más de medio siglo, pero ninguna le generó la misma atención que las de sus inicios.

Al menos no hasta 1996, cuando recibió una nominación al premio de la Academia, como actriz de reparto, por su papel de madre del personaje de Barbra Streisand en "The Mirror Has Two Faces" ("El amor tiene dos caras"). Y aunque era una favorita sentimental para recibir el galardón, el Oscar fue para Juliette Binoche por "The English Patient" ("El paciente inglés").

Finalmente obtuvo una estatuilla honoraria en noviembre de 2009, en la gala de los Premios Gobernadores.

"La idea de que cuando llegue a casa voy a tener en mi habitación a un hombre con dos piernas es excitante", dijo sarcásticamente.

Su imagen pública igualaba sus apariciones en la pantalla: era franca, incluso ruda, con un trasfondo de humor sardónico, todo lo cual demostró en su exitosa autobiografía de 1979 "By Myself" (en el 2005 publicó una edición actualizada, "By Myself and Then Some").

Bacall, cuyo verdadero nombre era Betty Joan Perske, nació en el Bronx el 16 de septiembre de 1924 y fue criada por su madre, una inmigrante rumana, luego que sus padres se separaron cuando era niña (su madre usó parte del apellido de la familia, Bacal, y Betty le agregó la segunda l cuando se convirtió en actriz).

"Mi infancia es una confusión", escribió Bacall en su autobiografía "By Myself". En ella contó las pesadillas por las discusiones de sus padres, los problemas de su madre para ganar lo suficiente para vivir y la vez que la enviaron a un internado.

Diana Vreeland, la afamada editora de la revista Harper's Bazaar, creyó que sería una gran modelo de modas y Bacall apareció a menudo en la publicación. La esposa del director de cine Howard Hawks la vio en la portada de la revista y recomendó que se le extendiera un contrato en Hollywood.

Hawks se convirtió en su mentor, la adiestró como actriz y la presentó a la sociedad en Hollywood. Preparaba la cinta "Tener y no tener", que Bogart protagonizaría, basada en un cuento de Ernest Hemingway con guion de William Faulkner.

Para ese momento Bacall había adquirido el nombre artístico de Lauren, aunque Bogart y sus amigos seguían llamándola Betty.

En su autobiografía, contó que al conocer a Bogart "no hubo un relámpago ni estruendo de truenos, solo un sencillo '¿cómo estás?'''.

En el primer día de rodaje le temblaron tanto las manos que no pudo hacer una escena sencilla en la que encendía un cigarrillo.

"Al final de la tercera o cuarta toma", recordó en el libro, "me di cuenta de que la única manera de evitar que mi cabeza temblara era mantener la barbilla baja, casi pegada en mi pecho, y levantar los ojos hacia Bogart. Funcionó y ese fue el comienzo de 'la mirada'''.

El trabajo dio pie al romance. La diferencia de edad de 23 años (él la llamaba "Baby", bebé) no logró desanimarlos, pero enfrentaban un obstáculo serio: Bogart aún estaba casado con la actriz volátil Mayo Methot, con quien protagonizó batallas bien publicitadas por el alcohol. La convencieron de que se divorciara, y los amantes se casaron el 21 de mayo de 1945.

"Cuando me casé con Bogie", dijo Bacall en una entrevista en 1994, "acordé poner mi carrera en segundo lugar, pues de lo contrario él no se hubiese casado conmigo. Había tenido tres matrimonios fracasados con actrices, y no estaba dispuesto a tener otro".

Aun así, apareció en unas pocas películas sin Bogart: "Agente confidencial", con Charles Boyer; "Young Man with a Horn" ("Música en el alma"), con Kirk Douglas, y "Cómo pescar un millonario", con Marilyn Monroe y Betty Grable.

Tuvo a su hijo Stephen en 1949 y a su hija Leslie en 1952. También tuvo actividad política al acompañar a su esposo a protestar la lista negra de Hollywood de comunistas sospechosos y a hacer campaña por los demócratas. Pocos pueden olvidar la foto de Bacall sobre un piano con las piernas colgando, y Harry Truman — entonces el vicepresidente — sentado frente al teclado.

Pero la fiesta comenzó a decaer en marzo de 1956, cuando a Bogart le diagnosticaron un cáncer de esófago. La noche del 14 de enero de 1957, Bogart tomó a su esposa por el brazo y murmuró, "Adiós, pequeña". Murió en la madrugada a los 57 años.

Tras un periodo de duelo, Bacall tuvo un romance con Sinatra. Cuando un "compromiso" fue filtrado erróneamente por el agente de prensa "Swifty" Lazar, el cantante la culpó a ella, y puso fin a la relación.

"De hecho, Frank me hizo un gran favor: me salvó del desastre que habría sido nuestro matrimonio", escribió en "By Myself".

Aun llorando a Bogart, dejó Hollywood en octubre de 1958. Hizo una película en Inglaterra, y una obra teatral destrozada por la crítica pero relevante porque así conocería a su segundo esposo en Broadway: Jason Robards Jr. Él era similar a Bogart en el sentido de que era un actor consumado, bebedor... y casado. Luego que Robards se divorció de su segunda esposa, él y Bacall se casaron en 1961, pero los problemas del actor con el alcohol, y sus infidelidades, los llevaron al divorcio en 1969.

"Applause" en 1970 y "Woman of the Year" en 1981 le merecieron a la actriz los premios Tony. Sus últimas películas incluyeron "Muerte en el expreso de Oriente", "The Shootist" ("Gatillero") y "Prêt-à-Porter" de Robert Altman. Interpretó a la madre de Nicole Kidman en "Birth" ("Reencarnación"), de 2004, y en años recientes apareció brevemente, como ella misma, en la serie "Los Soprano".

Por décadas vivió en el venerable edificio Dakota de Manhattan, con vecinos que incluyeron a John Lennon y Yoko Ono. Siempre protegió el legado de Bogart, criticando a quienes trataron de lucrarse con su imagen.

Bacall se hizo amiga de Faulkner mientras éste escribía guiones para Hawks. Una de sus posesiones preciadas era una copia del discurso de aceptación del Premio Nobel de Faulkner, en el que escribió que ella no era una mujer que se satisfacía con el sólo hecho de ser una cara bonita, "sino más bien una decidida a prevalecer".

"Noten que él no escribió 'sobrevivir''', dijo a la revista Parade en 1997. "Todo el mundo es un superviviente. Todo el mundo quiere mantenerse vivo. ¿Cuál es la alternativa? Yo prefiero prevalecer".

AP

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