Lo primero que se advierte al ingresar al hogar de Jorge Rial (52) en el Bajo Belgrano es que fueron descolgados los cuadros y portarretratos que tenían como protagonista a Mariana Antoniale (26). En el medio del living había un tríptico con creaciones de Milo Lockett, con los dibujos de las hijas del conductor, Morena (15) y Rocío (14), pero falta, justo en medio de ambas, el que representaba a Loly. Apenas si quedó el gancho que servía de soporte para sostener la obra de arte. Jorge luce enojado, triste. Muy seguido, sus ojos se enrojecen y se cargan de lágrimas. Cuenta que sus hijas no lo vieron bien en distintos momentos y no se callaron: “Un día Rocío me dijo: ‘Vos sos más feliz cuando estás solo’. Y otra vez Morena me mató: ‘Papá, no te arrastres más’”. No fue todo. El último jueves lo llamó aparte, se acostaron en la cama y le contó un hecho que lo conmocionó: “Un día, cuando fuimos con Ma a Córdoba, me dejó en un bar para ir al departamento de un amigo. Como no volvía, fui y le toqué el timbre. Tardó una hora en bajar y estaba con ese chico”.
La vivienda era el domicilio del cantante cuartetero Damián Córdoba (27). También le contó que en otra oportunidad Loly la llevó hasta una disco, donde la dejaron ingresar sin autorización de sus padres y encima le sirvieron alcohol. Allí se habría encontrado otra vez a solas con el cumbiero. Jorge la miró asombrado y no pudo creer lo que estaba escuchando. La abrazó y le dijo:“Estás con papá. No te preocupes. Entre nosotros está todo bien”. Cuando lo cuenta está al borde del llanto. Explica que bajó siete kilos desde la separación, ocurrida hace casi tres meses. Mientras More se maquilla, aporta más datos:“Me decía: ‘No le cuentes a tu papá. Si no, no vamos a poder volver más a Córdoba, que a vos te gusta tanto’”. Y dice dolorida: “Tengo ganas de cortar por la mitad la foto de mis quince donde estoy con ella”. Rial espera la primera pregunta y contesta a corazón abierto, sin medias tintas.
–Me dio datos contundentes. Mariana usó a mi hija para engañarme. No quiero faltarle el respeto. Simplemente vi a mi hija angustiada. Con eso me bastó. Después, cuando se fueron mis amigos Guillermo (Marín) y Beto (Sterlicchio), la llamé y le dije: “Contame”. Ahí me enojé mucho. Sin embargo al otro día, cuando me entero de que quería renunciar al Bailando, hablé con Marcelo (Tinelli) y me dijo que no sabía dónde estaba.
–¿Te preocupaste? ¿Te enojaste? ¿Qué hiciste?
–La mensajeo para tranquilizarla. “Andá, bailá, brillá”, le dije. Después la llamé. Estaba desesperada y me fui para su departamento. Estuve veinte minutos cara a cara. Le dije que estaba todo bien, que no tuviera miedo, que nadie le estaba haciendo nada, y yo, menos. “Siempre te protegí y te voy a seguir protegiendo”, insistí. “No te quiero hacer daño”, le expliqué. Es más: me bajé de eventos para que ella no se sintiera mal. Días atrás me pidió que lo llamara a Leandro Rud, porque no la convocaba para el evento de Silkey. “Antes me mandaban remise”, recuerdo que me dijo. Le ofrecí llevarla y sentarme en la primera fila. La única presión que pudo haber sentido fue que le mandé flores a ShowMatch.
–¿Después de que tu hija te contó eso tu reacción siguió siendo la misma?
–No. Ese día me enojé mucho, pero mucho. Le escribí. Tuvimos una discusión.
–¿Y ella qué te contestó?
–Me dio su versión, y está todo bien.
–¿Te preocupaste? ¿Te enojaste? ¿Qué hiciste?
–La mensajeo para tranquilizarla. “Andá, bailá, brillá”, le dije. Después la llamé. Estaba desesperada y me fui para su departamento. Estuve veinte minutos cara a cara. Le dije que estaba todo bien, que no tuviera miedo, que nadie le estaba haciendo nada, y yo, menos. “Siempre te protegí y te voy a seguir protegiendo”, insistí. “No te quiero hacer daño”, le expliqué. Es más: me bajé de eventos para que ella no se sintiera mal. Días atrás me pidió que lo llamara a Leandro Rud, porque no la convocaba para el evento de Silkey. “Antes me mandaban remise”, recuerdo que me dijo. Le ofrecí llevarla y sentarme en la primera fila. La única presión que pudo haber sentido fue que le mandé flores a ShowMatch.
–¿Después de que tu hija te contó eso tu reacción siguió siendo la misma?
–No. Ese día me enojé mucho, pero mucho. Le escribí. Tuvimos una discusión.
–¿Y ella qué te contestó?
–Me dio su versión, y está todo bien.
–¿Le creíste?
–A esta altura, no importa creerle o no. No estoy para eso. Durante los dos años que transitamos como pareja, de afuera hicieron todo para hacernos pelota. Decían que ella era un gato, que me venía a comer la billetera. Me mandaban fotos viejas de un romance. A mí me decían “viejo verde”, de todo. Y sobrevivimos. Siempre fue muy difícil, porque la mirada era jodida. Me duele que deje en el aire la duda de que yo la estoy amenazando, como hizo en ShowMatch, de que tiene miedo.
–Cuando habla de miedo da la sensación de hablar de mafia, como que vas a llamar a los medios para perjudicarla.
–Preguntale cuáles fueron los meses que más facturó: estos últimos dos. Y yo no hice nada. No usé mi programa, nada en su contra. Busquen algo malo que yo haya dicho. Cuando se hizo la tapa de GENTE del Bailando, yo estaba discutiendo mi contrato para Pulsaciones. Ella me llama y me dice: “No puedo salir a hacer la foto, me siento mal, estoy angustiada”. También hablé con Marcelo Tinelli. Se sentía sola. Le dije a Kweller (Martín) mientras negociaba el contrato: “Poné la plata que vos quieras, me voy”. Y corrí a su lado. Marcelo me esperó en la puerta. Me senté a su lado y la abracé. Hasta que se sintió bien. Fue a hacer la tapa y me fui, ni me quedé. Cada vez que me necesitó estuve. Hoy recuerdo eso y me duele.
–En ShowMatch le habló al oído a Marcelo Tinelli y dio el nombre de quien ella creía que había pedido que no la enfocaran en los desfiles.
–Fue el nombre de alguien que tampoco la prohíbe. No la prohíbe nadie.
–El rumor la vinculaba sentimentalmente a un importante empresario....
–Todo mentira. Lo mismo que le pasa ahora le pasaba cuando yo la conocí. Se estaba por ir a Córdoba porque acá la trataban mal: era la Niña Loly y la mataban. A mí me gustaría que piense que era la Niña Loly y se fue de mi lado siendo Mariana Antoniale, una mujer respetada, instalada en el medio. El contrato que hoy tiene en el Bailando se lo cerré yo. Hablé con la gente de Indalo, le puse la cifra, y cerré que le pagaran hasta fin de año aunque la eliminaran en primera ronda. Es mucha plata... ¿Cómo la voy a censurar? Antes del verano me senté con Nazarena Vélez, con Iúdica, que la querían. Yo no hice nada para perjudicarla, al contrario, aunque esté enojado. En el enojo la puedo putear, me puedo pelear con ella.
FuenteGente
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