La ciencia encontró un área dentro del cerebro que genera placer a la hora de escuchar la música que nos gusta.
El vínculo entre la música y el placer es histórico.El deseo de hacer y escuchar música se encuentra en prácticamente todas las culturas alrededor del mundo, y se remonta por lo menos a 43.000 años, cuando el hombre de Cro-Magnon perforó agujeros en un hueso de oso, creando así la flauta, el instrumento musical más antiguo del mundo.
Existen claras razones que explican el caracter universal de la música: Los experimentos han demostrado que la reacción de nuestro cerebro al escuchar su música preferida se asemeja a lo que sucede después de tomar drogas psicoactivas o comer una comida deliciosa.
Ahora, los neurocientíficos están indagando más profundo en los patrones neurales responsables que hacen que nos guste tanto la música. El equipo de investigación, dirigido por Valorie Salimpoor de la Universidad McGill, llegó a una conclusión mediante el uso de la resonancia magnética funcional (fMRI), la cual mide el flujo de sangre que llega a cada parte del cerebro en tiempo real y se utiliza con frecuencia en la investigación neurocientífica. La actividad neural de 19 participantes fue grabada mientras escuchaban 60 canciones que nunca habían escuchado antes.
Para que el estudio fuese lo más objetivo y específico posible, los investigadores les permitieron a los 19 participantes del estudio comprar luego las canciones que más hayan disfrutado. Con la inclusión de este paso, los científicos tuvieron una medición objetiva de las canciones que cada uno de los participantes disfrutaron realmente, por lo que consideraron su compra.
Los investigadores descubrieron que cuando los participantes escuchaban canciones que acababan de comprar, la actividad neural aumentó dramáticamente en el núcleo accumbens, un área de recompensa que libera neurotransmisores químicos que provocan sentimientos positivos, causantes también del placer por la comida, las drogas o el sexo . Además, a los participantes se les permitió ofertar distintas cantidades de dinero en cada canción ($ 0.99, $ 1.29 o $ 2, o más) y cuanto más una persona ofertaba, mayor era la actividad en esa región del cerebro cuando la persona escuchaba esa canción. Esto sugiere que el núcleo accumbens es crucial para la generación del placer que sienten las personas al escuchar nueva música que les gusta.
La actividad en el núcleo accumbens, sin embargo, también depende de las señales procedentes de áreas específicas de la corteza auditiva, que integran estímulos sonoros y las transmite a la zona de recompensa. Trabajos anteriores han demostrado que este córtex está implicado en valores basado en juicios y preferencias, por lo que los científicos teorizan que nuestra comprensión personal y los patrones, que hacen que disfrutemos o no una melodía, se encuentra en este área.
Los patrones neurales en este área pueden cambiar con el tiempo, y se construyen a partir de la costumbre, esto permite explicar porqué las personas tienen diferentes preferencias musicales. La música que se escucha en el transcurso de la vida influye en los gustos musicales que tendremos a futuro.Es como una caja de Pandora para el cerebro: esta parte de la corteza auditiva se basa en las creencias codificadas acerca de lo que constituye "buena" música para activar el centro de recompensa, el núcleo accumbens.
Así, mientras que el amor por la música es universal, esta investigación podría explicar por qué las diversas culturas y personas disfrutan de distintos tipos de música desde hip hop, baladas, cantos tibetanos, entre otros.
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