miércoles, 27 de marzo de 2013

Madonna, irreconocible y al natural

La presencia de Madonna el fin de semana cuando se dirigía a su sesión de kabbalah (o cábala) en Nueva York, llamó poderosamente la atención de medios de información, que no desaprovecharon la oportunidad de subrayar lo extraña e irreconocible que se veía la diva del pop.

The New York Daily News y Huffington Post destacaron que la intérprete de “Like a virgin”, de 54 años de edad, apareció con un look muy invernal en el que sobresalían su abrigo negro, lentes oscuros y un sombrero de fieltro del mismo color con el cabello escondido debajo, además de botines y guantes de cuero.
Cuando se supo que Madonna era seguidora del kabbalah muchos pensaron que se trataba de una excentricidad más de la reina del pop; sin embargo, ha demostrado ser una devota fiel, quien incluso está inculcando esta creencia a sus hijos.
Madonna iba acompañada por sus hijos Lourdes, de 16 años, Mercy, ocho, y David, de siete. Rocco, el menor, no asistió a la sesión, aunque todos ellos comparten con su madre su devoción por esta doctrina.
Para respetar las normas de esta creencia, la La Reina del pop ha adoptado costumbres como no dar conciertos los viernes por la noche para respetar la jornada del sabbath y se afirma que también obedece a sus estrictas reglas de alimentación.

Tendencia entre famosos

En poco tiempo, esta doctrina judía se ha convertido en una tendencia espiritual que ha cautivado a numerosas estrellas de Hollywood, como David Beckham, Barbra Streisand, Gwyneth Paltrow y Diane Keaton, entre otros.
Elizabeth Taylor, por ejemplo, aseguraba que para ella representaba “una luz para atravesar las tinieblas”.
Demi Moore, por su parte, ha señalado que el aprendizaje cabalístico le ha enseñado a valorar las cosas que verdaderamente son importantes.

¿Religión o filosofía?

Pero, ¿qué es el kabbalah?, ¿una religión, un método de meditación profunda, una filosofía?
El astrólogo Víctor Segarra nos explica que su origen se remonta al año 3600 a. de C., y el significado etimológico que tiene la palabra es recibir. Se trata de una de las principales corrientes de la mística judía. La base estructural de este estudio consiste en el análisis del Árbol de la vida.
“De acuerdo con esta doctrina, el ser humano se forma de esferas, también llamadas sefirot; cada una de ellas representa una conciencia, las cuales se entrelazan entre sí.
“Para alcanzar el fin último o el esplendor total, se requiere que todas las esferas estén en completa armonía, lo que se consigue con el conocimiento de las cuestiones celestiales, así como con el estudio y cumplimiento de preceptos y reglas superiores”, explicó.

Fuente: el universal

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