El lamento de Keanu Reeves

• El actor de 50 años reconoce que el cine de estudio le ha dado la espalda últimamente
• Se ha visto relegado a los ocasionales papeles secundarios y a hacer cine independiente

El actor Keanu Revves durante la promoción en Los Ángeles de su película 'John Wick'.

El declive no solo les afecta a ellas por cuestiones de edad. Algunos actores se han quedado también por el camino después de haber estado gozando durante años del beneplácito de los estudios de Hollywood. Es el caso de Keanu Reeves, que a sus 50 años lamenta ahora el olvido al que le han condenado muchas de las grandes firmas de la industria del cine, relegado a los ocasionales papeles secundarios y a hacer cine independiente para mantenerse activo.

Estos días anda de promoción de uno de esos títulos de presupuesto modesto, una cinta de acción, 'John Wick', con la que espera recuperar parte del lustre perdido. Aún así, no oculta que echa de menos la exposición. "La última película de estudio que hice fue 'La leyenda del Samurai' (2013), pero antes de eso había pasado mucho tiempo, probablemente desde 'Ultimátum a la Tierra' en 2008. Así que no he estado recibiendo muchas ofertas de los estudios", indicó el canadiense en una entrevista con Indiewire.

Lejos de conformarse con el hecho, dice que "es un asco, pero así son las cosas", sin renunciar a volver a meter la cabeza en ese mundo con tal cantidad de posibilidades. "Lo que me gusta de los estudios son los recursos y los mundos que pueden crear", señaló. "Obviamente, un montón de buenos directores trabajan en películas de estudio".

En realidad su sueño sería mantener el equilibrio entre las grandes producciones y el cine independiente para poder seguir contando historias y estando activo. "Si hay que elegir, espero poder hacer los dos".

Es un anhelo llamativo para un hombre que ingresó 35 millones de dólares con la primera parte de 'The Matrix' y que fue ídolo de masas junto a Sandra Bullock tras el estreno de 'Speed' a mediados de los 90. Ahora su objetivo es mantenerse en el candelero y seguir sumando títulos a la esperar de reverdecer viejos laureles.

Fuente: el mundo