sábado, 18 de enero de 2014

Gravedad y el reto de ganar la Mejor Película en los premios Oscar sin tener el mejor guión

Gravedad, el filme de Alfonso Cuarón, que actualmente está triunfando en la temporada de premiaciones de Hollywood, se convirtió el pasado jueves ayer en la cinta más nominada a los Oscar junto a La gran estafa americana con diez candidaturas. Sin embargo, no pudo obtener la nominación a mejor guión original que sí obtuvo, por ejemplo, la semana pasada en los BAFTA.

A lo largo de la historia de la entrega de los premios Oscar, sólo siete películas se han llevado el premio de mejor película sin haber obtenido la mención por su guión. Además, cuatro de las siete son cintas de los primeros años de los premios.

La primera de ellas fue Alas, una película muda del realizador estadunidense William A. Wellman que en la primera edición obtuvo el reconocimiento de ser la Mejor película por encima de La ley del hampa, de Ben Hecht, y El séptimo cielo, de Benjamín Glazer, las cuales ganaron el premio a Mejor Guión Original y Adaptado, respectivamente, categorías en las que no fue considerada Alas.

Un año más tarde, la cinta La melodía de Broadway, considerado el primer gran musical de la historia, dirigido por Harry Beaumont, obtuvo la máxima distinción sin ser considerada una película con un guión distinguido. Ese año solo hubo una categoría de Mejor Guión en la que participaron los filmes originales y adaptados, y fue ganado por Alta traición de Hann Kräly.

No pasó mucho tiempo para que otro filme ganara como mejor película sin estar nominado a mejor guión. En 1932, la cinta dirigida por Edmund Goulding y protagonizada por Greta Garbo, John Barrymore, Joan Crawford, Gran Hotel fue considerada la mejor película del año superando a Una chica mala, de Edwin J. Burke, y El campeón, de Frances Marion, que sí fueron reconocidos como los mejores guiones del año.

El mismo caso ocurrió en la edición siguiente que se realizó dos años más tarde, en la que Cabalgata, del realizador Frank Lloyd, superó a la aclamada Mujercitas, de Victor Heerman y Sarah Y. Mason, que ese año ganó como Mejor Guión Adaptado, y One way pasaje, de Robert Lord, que fue reconocida como la mejor historia original.

Fue hasta 1949 cuando sorpresivamente Hamlet, del británico Laurence Olivier, quedó fuera dentro de la categoría de Mejor Guión Adaptado y posteriormente obtuvo la estatuilla a Mejor Película.

Luego en 1965, La novicia rebelde de Robert Wise, también recibió el máximo premio de la Academia sin tener un guión que les agrade a los miembros y la última ganadora del Oscar a la mejor película que lo consiguió sin la nominación de mejor guión fue Titanic, de James Cameron en 1998. Ese año, En busca del destino, de Matt Damon y Ben Affleck, ganaron como mejor historia original y Los ángeles al desnudo como Mejor guión basado en una obra ya publicada.

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