El penúltimo libro de Brown no deja de salir de la línea del entretenimiento mezclado con el misticismo. Es una lectura ágil, entretenida y muchas veces menospreciada. Con Brown el ahora denominado sacrothriller sale a escena en el mundo comercial. La fórmula es bastante simple, mezclar hechos curiosos, anecdóticos y desconocidos, con una trama de ficción.
“El símbolo perdido” tiene como trama principal el descubrimiento de señales desconocidas en Washington DC, señales que por cierto están a vista de todos pero que solo son “entendibles” para los masones.
De ahí surge una historia que no lleva pocas horas; pero a pesar de la escritura cursi, es un thriller trepidante. Me siento tentado a revelar más, pero temo dañar el marcado suspenso que alcanza su punto más alto a mitad del libro o en todo caso afectar otra aventura de Langdon, “Inferno”.
FuenteABC.COM
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