Forma de pensar, sentir y recordar una información de una persona, se puede predecir a partir de la música que escucha.
Escuchar a Iron Maiden, Adele o Chopin puede revelar su forma de pensar. Así lo reveló un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y publicado en la revista Plos One.
Los psicólogos definieron dos perfiles: empático y sistemático. Las personas con perfil empático les gusta centrarse y responder a las emociones de sus pares, mientras que los individuos de perfil sistemático, prefieren analizar normas y patrones.
Los investigadores señalaron que el estilo de pensamiento es un predictor de la clase de música que le gusta a una persona. Según los psicólogos la música esta siempre presente en nuestras vidas, en cualquier lugar en el que estemos y fácilmente podemos distinguir qué canciones nos gustan, pero no siempre se sabe qué es lo que determina que nos guste un tipo de música y no otro.
El equipo de investigadores de Cambridge, encabezados por David Greenberg, revisó cómo el estilo cognitivo determina la elección musical en 4.000 personas a través de una aplicación de Faceboook y otros estudios y cuestionarios los que fueron sometidos. También debieron poner nota a una lista de 50 piezas musicales, según fuera su preferencia.
"Descubrimos que los niveles de empatía de un individuo predicen qué clase de música les gusta", e incluso más que la propia personalidad, explica Greenberg.
En este estudio, los más empáticos tienden a preferir música melódica, folk, cantautores, electrónica, latina y pop. Ellos prefirieron canciones como Hallelujah (Jeff Buckley), Come away with me (Norah Jones), All of me (Billie Holliday), Crazy little thing called love (Queen). Los personas con personalidad sistemática, en cambio, se quedaron con estilos más intensos como Concerto in C (Antonio Vivaldi), Etude Opus 65 nº 3 (Alexander Scriabin), God save the queen (The Sex Pistols) y Enter the Sandman (Metallica).
A los empáticos les atraía más la música que les transmitía emociones y tonos reflexivos, sensuales, cálidos, hasta tristes. A los sistemáticos, les gustaba la energía, la fuerza y de emociones positivas y complejas.
A juicio de Jason Rentfrow, otro de los autores de este estudio, "esta línea de investigación pone de relieve cómo la música es un espejo del yo, es una expresión de lo que somos desde el punto de vista emocional, social y cognitivo".
Otros estudios han logrado determinar que las personas que están abiertas a nuevas experiencias tienden a disfrutar del jazz, blues, géneros clásicos y folclóricos y que los extrovertidas y sociables, prefieren el pop, la música religiosa, electrónica, soul, funk y las canciones bailables.
Los psicólogos definieron dos perfiles: empático y sistemático. Las personas con perfil empático les gusta centrarse y responder a las emociones de sus pares, mientras que los individuos de perfil sistemático, prefieren analizar normas y patrones.
Los investigadores señalaron que el estilo de pensamiento es un predictor de la clase de música que le gusta a una persona. Según los psicólogos la música esta siempre presente en nuestras vidas, en cualquier lugar en el que estemos y fácilmente podemos distinguir qué canciones nos gustan, pero no siempre se sabe qué es lo que determina que nos guste un tipo de música y no otro.
El equipo de investigadores de Cambridge, encabezados por David Greenberg, revisó cómo el estilo cognitivo determina la elección musical en 4.000 personas a través de una aplicación de Faceboook y otros estudios y cuestionarios los que fueron sometidos. También debieron poner nota a una lista de 50 piezas musicales, según fuera su preferencia.
"Descubrimos que los niveles de empatía de un individuo predicen qué clase de música les gusta", e incluso más que la propia personalidad, explica Greenberg.
En este estudio, los más empáticos tienden a preferir música melódica, folk, cantautores, electrónica, latina y pop. Ellos prefirieron canciones como Hallelujah (Jeff Buckley), Come away with me (Norah Jones), All of me (Billie Holliday), Crazy little thing called love (Queen). Los personas con personalidad sistemática, en cambio, se quedaron con estilos más intensos como Concerto in C (Antonio Vivaldi), Etude Opus 65 nº 3 (Alexander Scriabin), God save the queen (The Sex Pistols) y Enter the Sandman (Metallica).
A los empáticos les atraía más la música que les transmitía emociones y tonos reflexivos, sensuales, cálidos, hasta tristes. A los sistemáticos, les gustaba la energía, la fuerza y de emociones positivas y complejas.
A juicio de Jason Rentfrow, otro de los autores de este estudio, "esta línea de investigación pone de relieve cómo la música es un espejo del yo, es una expresión de lo que somos desde el punto de vista emocional, social y cognitivo".
Otros estudios han logrado determinar que las personas que están abiertas a nuevas experiencias tienden a disfrutar del jazz, blues, géneros clásicos y folclóricos y que los extrovertidas y sociables, prefieren el pop, la música religiosa, electrónica, soul, funk y las canciones bailables.
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