jueves, 7 de febrero de 2013

Elmyr de Hory: La gran mentira del arte

El pintor húngaro Elmyr de Hory hizo temblar los templos artísticos con sus falsificaciones. El Círculo de Bellas Artes nos acerca a esta fascinante figura

La revista “Time” le retrató así, en 1969,
en su casa de Ibiza, donde el falsificador pasó los
últimos 16 años de su vida.
Cuentan que en cierta ocasión le enviaron a Picasso una obra supuestamente suya para que certificara su autenticidad. «¿Cuánto pagó el marchante por ella?», preguntó el artista. «Unos 100.000 dólares», le dijeron. «Si han pagado tanto, debe ser auténtica», concluyó Picasso. Pero no lo era. La había pintado Elmyr de Hory, uno de los mayores falsificadores de arte de la Historia y protagonista de la exposición que le dedica, hasta el 12 de mayo, el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Nacido en Budapest en 1906, parece un personaje salido de la mente más retorcida y brillante de Hollywood. Su vida y su trabajo son dignos de un guión que bien merecería un Oscar. Nadie sabe cuánto hay de verdad en su biografía, lo mismo que nadie sabe en realidad cuántos cuadros suyos hay colgados en los grandes museos del mundo, siendo adorados, cual becerros de oro, como auténticas obras maestras de Picasso, Monet, Renoir, Modigliani, Matisse... 
Se cree que llegó a pintar más de mil. Sudores fríos le entran a los directores de las más prestigiosas pinacotecas al oír su nombre. Que, por cierto, eran muchos. Hasta 60 alias llegó a utilizarpara que no le siguieran la pista: Cassou, Raynal, Nassau, Herzog o Boutin son algunos de ellos. La suya fue una vida de engaños, fraudes, plagios, estafas. Vida contada por su amigo Clifford Irving, otro célebre estafador, autor de una falsa biografía de Howard Hughes que le llevó a prisión.Tanto la exposición, comisariada por Dolores Durán, como la obra de Elmyr de Hory suponen una reflexión sobre lo verdadero y lo falso en el mundo del arte, conceptos como la autoría, la atribución, la copia, el plagio, la apropiación indebida, el pago del canon o los derechos de autor, tan en boga hoy. La SGAE se forraría con un tipo como este húngaro, que, por cierto, guarda un granparecido físico con Dominique Strauss-Kahn. Otro fraude. Se hacía pasar por hijo de unos ricos aristócratas judíos, que murieron en un campo de concentración en la II Guerra Mundial. Su última pareja y heredero, Mark Forgy, se encargó de desmentirlo: su padre era un comerciante de clase media y la familia sobrevivió a la guerra. Cuenta Irving en su biografía que la Gestapo le sometió a un duro interrogatorio en el que le rompieron una pierna y se escapó a París, que fue perseguido por el FBI... ¿Verdadero o falso? Quién sabe...
Es un Picasso, ¿verdad?
Este falso Modigliani es un buen
ejemplo de la capacidad mimética de
Elmyr de Hory.
Lo que sí parece cierto es que su meteórica carrera (licenciado «cum laude» en Falsificación de Obras de Arte) arrancó aquel día de 1946cuando su amiga millonaria Malcom Campbell vio un dibujo suyo en su estudio. «¿Es un Picasso, verdad? ¿Lo venderías?» Dijo sí a todo. En ese instante se dio cuenta de lo fácil que sería ganar dinero pintando «a la manera de», que es una forma elegante de referirse al plagio y la falsificación. «Elmyr de Hory. Proyecto Fake» reúne óleos, acuarelas, dibujos, litografías: 28, pintados «a la manera» de los grandes maestros; 6, «a la manera» de De Hory.
«Yo pinto con el estilo de otros pintores, peronunca copio de ellos -decía-. Yo no copio, sino que interpreto a otros pintores. Y eso no es nada nuevo en la historia de la pintura. Esa interpretación es captar el alma del artista, el espíritu de su arte. La falsificación pretende ser la pura reproducción técnica de una obra, la interpretación va mucho más lejos. Tengo el talento, quizá un poco diabólico, de poder entrar en el alma de los pintores». No tenía guasa el húngaro...

Se codeaba con Lana Turner, Zsa Zsa Gabor, Ursula Andress...Quienes le conocían le retratan como un histrión culto, elegante, buen anfitrión, fascinante... Se hizo de oro vendiéndoles falsas obras de Matisse, Degas, Renoir, Picasso o Braque a los nuevos ricos de Texas que hicieron fortuna con el petróleo. Prestigiosos museos cayeron en su trampa: el Fogg Art Museum de Harvard adquirió un Matisse que no lo era. Y el gran coleccionista Algur Hurtle Meadows llegó a atesorar41 obras falsas en su colección. Pero el gran negocio llegó cuando se asoció con dos grandes estafadores: Fernand Legros y Réal Lessard.
El falsificador falsificado

Van Gogh. Esta obra imita la última época 
del trágico pintor holandés, uno de los menos 
falsificados por De Hory.
Sus últimos 16 años los pasó en Ibiza. Fue investigado y sometido alTribunal de Vagos y Maleantes. Pisó la cárcel no por falsificador sino por homosexual, convivir con delincuentes y por carecer de medios demostrables de subsistencia. Reclamado por la Justicia francesa, Elmyr de Hory temía que, si era extraditado, le matarían Legros y Lessard. Se suicidó en 1976. Aunque explica la comisaria de la muestra que no fue tal, sino un error de cálculo fatal con los barbitúricos. Hasta la forma en que murió genera dudas de certeza.

Para rizar el rizo, se hallaron en el mercado obras que figuraban como realizadas por De Hory que no eran suyas. El falsificador falsificado. «Si se colgaran mis cuadros en un museo el tiempo suficiente, se volverían auténticos», comentó. Qué gran verdad. Quizás, una de las pocas verdades de su falsa vida.

Fuente: abc.es

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